Este último día en el Lago Inle, antes de marchar a Manaday, lo aprovechamos para ver lo que nos falta.

Nos toca visitar el pueblo de Indein, ubicado en la orilla occidental del lago. Para ello tenemos que coger una barca cuyo recorrido se hace muy agradable entre los bosques de bamboo y sus bonitos paisajes.

En Myanmar existen alrededor de 135 etnias diferentes. La historia de Myanmar ha sido compleja y básicamente ha sido una disputa de reinos y estados que han ido liderando diferentes grupos étnicos, los más importantes los Shan, los Mon y los Bamar.

Cuando bajamos de la barca, pudimos ver gente de la etnia Mon. Sus orígenes provienen del oeste de China, sobre el año 800. Ahora representan una minoría, pero en su día llegaron a tener un reino en el Sur de Myanmar. Sus rojos pañuelos en la cabeza, hacen inconfundible a sus componentes.

Alrededor del pueblo de Indein hay dos grupos de pagodas antiguas, Nyaung Ohak y Shwe Inn Thein.

El primer sitio cerca del embarcadero es Nyaung Ohak, que se traduce como “grupo de árboles de banyan”. La mayoría de las pagodas aquí no han sido restauradas y se encuentran en varios estados de reparación; algunas están bien conservadas, mientras que otras tienen plantas y árboles que crecen fuera de ellas. Muchas pagodas están decoradas con esculturas de seres celestiales o animales mitológicos como serpientes.

El pueblo tiene un camino que sube hasta las ruinas del complejo de Shwe Inn Thein. En la cúspide de la colina se encuentra una gran estupa, rodeada de centenares de antiguas pequeñas estupas y pagodas cubiertas de vegetación. Las ruinas son un conjunto de templos y pagodas que fueron engullidas por la selva.

Y así nos despedimos de este lugar que tanto nos ha gustado.

Volvemos a Heho para coger un avión a nuestro siguiente destino. Mandalay está situada a unos 690 Km, al norte de Yangón. Tiene más de un millón de habitantes y es la segunda ciudad más grande de Myanmar. La ciudad ha tomado su nombre de la colina Mandalay. una colina de 216 metros de altura. Mandalay significa “el centro”, por encontrarse justo en el centro de Myanmar, aunque la ciudad también puede considerarse como el centro del comercio, porque la mayoría de productos del país son distribuidos a partir de esta ciudad.

También Mandalay es el centro religioso más importante de Birmania. Y es el motivo por el que estamos aquí. Para sentir el espíritu religioso que se vive en Mandalay. Dicen que aquí se habla el birmano más puro y es que esta fue la última de las capitales del país antes de la llegada de los ingleses. Más de la mitad de los monjes de Myanmar viven en los alrededores de la ciudad. A pesar de su rica historia, Mandalay no conserva muchos testimonios arquitectónicos pues prácticamente ardió entera durante la segunda guerra mundial.

Tenéis que tener en cuenta que Mandalay es una de las ciudades más calurosas del país. Y ya es decir, ya que el país tiene un clima tropical.

Hoy solo nos dará tiempo a subir a la Colina Mandalay. La subida tiene que hacerse descalzo, con una gran cantidad de escalones, pero podrás ver las mejores vistas de la Ciudad.

En la base de la colina hay tres pagodas construidas en el Siglo XIX, junto con dos monasterios de la misma época. Uno de ellos guarda un inmenso Buda sentado. Una imagen de mármol que fue traída en un solo bloque y para transportarla necesitaron más de 10.000 hombres.